domingo, 25 de octubre de 2009

Formación Integral

Lectura y Redacción, trabajando por la formación integral:

ÁNGEL JOHEL CENTURIÓN LARREA (*)


“formación integral de la persona” frase que pese haberse convertido en cliché parece todavía incomprendida en su verdadera concepción: concebir al universitario como una unidad biosicosocial que tiene que desarrollarse a plenitud, en donde la idea que impere sea que ya no es posible atender sólo a la esfera de la inteligencia racional sino que es necesario también el desarrollo de la inteligencia emocional y el dominio de competencias individuales y sociales. Sin embrago, esto que ahora remarcamos demanda de múltiples tareas.

En el Programa Académico de Formación General de la Universidad Señor de Sipán, fieles a los postulados de nuestra visión y misión institucional que priorizan la formación integral, y en cumplimiento a los propósitos que configuran su accionar: educar en valores, situar al estudiante en el contexto, desarrollar habilidades cognitivas y sociales, ofrecer una visión integradora de las ciencias y desarrollar la actitud científica y el interés por la cultura; integramos experiencias de aprendizaje que permitan que los universitarios, al margen de su opción profesional, desarrollen competencias y que con una perspectiva interdisciplinaria, amplíen su comprensión del mundo y el hombre. Esto es, se propicia una serie de espacios para desarrollar la tan ansiada formación integral.

Una de esas competencias a las cuales nos referíamos es la Comunicativa, la misma que se desarrolla en la Experiencia Curricular de Lectura y Redacción y que adopta como principio, concebir a la interacción comunicativa como necesaria para el desarrollo de las sociedades en todo tiempo y espacio, de ahí lo relevante de su importancia como eje de desarrollo integral de la persona, más aún con las demandas de mundo de hoy, donde estamos saciados de escuchar, confirmar y reconfirmar que el panorama es por decirlo de alguna manera “muy complicado”, donde la sociedad globalizada, heterogénea, cambiante y competitiva exige profesionales creativos, flexibles, que con sólida formación científica y humanística, sean capaces de actuar con eficiencia y sentido ético en todas las esferas de su vida. Lectura y Redacción tiene como objetivo desarrollar habilidades para el uso correcto de la palabra. Se centra en el desarrollo del conocimiento de códigos reales: formales, informales, coloquiales y folklóricos de la lengua. Todo ello a través de “dos ejes o habilidades de la lengua”: comprensión (leer y escuchar) y producción (escribir, hablar)”, habilidades que definen al buen intelectual.

Se plantea como propósito – y aquí seguimos el lineamiento de Milton Manayay- que los estudiantes perfeccionen el dominio de la lectura y la redacción como «instrumentos de estudio», entendiendo que leer y redactar son dos «procesos socioculturales» claves en la formación académica y profesional de un estudiante universitario. Estas dos dimensiones –la instrumental y la sociocultural– le permiten al estudiante desarrollarse como un sujeto hábil y competente para actuar e interactuar de manera pertinente y prospectiva en la complejidad cultural de su época.

En suma, con la finalidad de formar ciudadanos participativos, quienes con su potencialidad para ser, hacer y comunicar, impulsen la democracia y la justicia en ámbitos económicos, políticos y sociales de nuestro país, Lectura y Redacción pretende que el estudiante llegue a ser un lector experto y un escritor autónomo que comprenda los nuevos signos culturales, sociales y naturales; resuelva problemas del significado textual; use con eficacia registros lingüísticos diversos según el contexto determinado; sea propositivo y contestatario en su interacción discursiva, así como fle xible y creativo al producir textos, que coexista capaz de trabajar en equipo en forma responsable, cooperativa y respetuosa. Solo así estaremos seguros de coadyuvar a los fines del Programa de Formación General que como lo decimos busca formar integralmente al hombre, quizá la selección de esta última palabra baste para hacer notar que la preocupación no solo central hombre en cuanto estudiante universitario, sino a todos los demás integrantes que participan en una institución superior como la que nos alberga. Para muestra, el boton de los juegos florales, certamen que se constituye, por tres años ya, en un espacio de integración donde padres, personal docente, administrativo, de servicio y desde luego alumnos comparten sus afanes artísticos auspiciados por una auténtica preocupación por la formación integral.

(*) profesor Universidad Señor de Sipán.

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